miércoles, 30 de noviembre de 2011

AGUA Y ORO: LA COMBINACIÓN IMPOSIBLE

Por: Jorge Tejada Campos *

Escribo estas líneas para reflexión, análisis y propuesta.
En el período electoral, durante la segunda fase, los cajamarquinos conscientes del riesgo de que la derecha asuma el gobierno con Fujimori a la cabeza, salimos al frente, damos la cara y defendimos la propuesta nacionalista de democracia, atención a los pobres, defensa del medio ambiente, el cuidado de las aguas, nuestros bosques y parajes andinos, además de educación de calidad, salud, mayor bienestar para los humildes y postergados del Perú.
Conscientes, también, de que Ollanta y su partido eran débiles y estaban seriamente amenazados por el vendaval de la derecha. Conscientes, también, de lo que hoy pretende hacer con nuestras aguas, nuestros valles y parajes andinos era una posibilidad y que si ganaba Fujimori, nuestra suerte de cuidar nuestros andes se había perdido.
No pasó mucho tiempo para que los que no ganaron las elecciones, se apropien del poder real, para obligar a cambiar al presidente. Recordemos claramente que en Cajamarca y en las plazas de las provincias de Cajamarca el Candidato Ollanta decía: el Agua o el Oro, conversaba con el pueblo, el pueblo le contestaba el agua, entonces decía que no habrá minería donde hay riesgo de afectar el agua. Hoy cambia su discurso, pretende hacernos los serranitos y decirnos que es posible sacar el oro de donde ya hay agua.
Se alinea a la propuesta de la Minería que pretende reemplazar las lagunas por reservorios, los ríos y canales por tubos de plástico, el agua natural que discurre por obra del divino por agua extraída por bombeo desde el interior de la tierra. Así está hoy Cajamarca, Combayo y todos los alrededores de la explotación minera.
Esta opción, en mi opinión, es científica y técnicamente inviable y es posible demostrarlo; pero, también, es económicamente inviable pues los costos que impliquen hacer estos cambios de los cursos del agua los hace la minera, pero como serán cambios para toda la vida, es decir, pasarán siglos, y nunca más veremos nuestras lagunas, ríos, manantiales, bofedales y vertientes naturales, pues la cordillera andina será seriamente modificada, todo el sistema artificial hídrico lo manejará la minería mientras esté explotando el oro, pero como es actividad extractiva no renovable, algún día la abandonará y este sistema artificial cobrará la factura a los que nos quedamos en esta tierra, en este suelo andino.
Claro, ya no será esta generación de campesinos que hoy, de la noche a la mañana, se vuelven millonarios con el dinero que regala la Minera, pero serán los ciudadanos andinos que en las futuras generaciones tengan necesidad del agua, la tierra, la lluvia, el río y el bosque que hoy tenemos y que tenemos el deber intergeneracional de entregar a las futuras generaciones una tierra vivible lo más dignamente posible. Ellos tendrán que pagar los daños ambientales que hoy la minería pretende hacer, bajo el supuesto de que con el oro de hoy se está desarrollando económicamente, como nunca, el Perú.
Este tema lo podemos debatir científicamente, no emocionalmente, la gravedad de los pasivos ambientales, si es económicamente viable una actividad minera, no acaba con su periodo de ejecución y cierre, su debate tiene signos inequívocos de sustentabilidad estratégica en el marco del equilibrio ecológico y ambiental.
Defender cabeceras de cuenca, fuentes de agua, manantiales y bofedales, colchones hídricos y zonas geográficas donde se "juntan" las nubes en ciertos períodos anuales, para dar vida a la tierra en su más amplia magnitud, tiene que ser seriamente asumido para defender lo que tenemos y evitar que un supuesto estudio técnico reduzca el ande con toda su complejidad natural, sea reempalazado por cierto tiempo con supuesta "más agua" en reservorios artificiales. Este argumento resulta falaz, insostenible, ecológicamente inviable y económicamente imposible de sostener desde la perspectiva de nuestra población, nuestro ande y nuestra realidad.
El otro aspecto importante de debate es la sostenibilidad social. Un proyecto de explotación minera, donde el oro está debajo del agua, es socialmente inviable, pues el agua no es sólo un componente químico vital para plantas, animales, que nace en manantiales, se llena las lagunas y corre por los ríos. El agua es la sangre de la tierra, es el fluido que da vida a toda la vida, que hace que nuestra tierra como planeta tenga la virtud de tener vida como ningún otro del sistema solar y del mundo. Para el campesino el agua tiene vida, así como el manantial, el río, la laguna, el cerro, la planta, el hombre el agua y la naturaleza conviven, conversan se nutren mutuamente, si el hombre afecta al cerro o al agua, estos seres naturales afectan al hombre sensiblemente. En el campo y en el ande está la raíz de la convivencia hombre naturaleza, su modo de pensar, actuar, vivir y seguir ofreciendo al mundo nuestro valor cultural como sociedad andina que podemos brindar posibilidad de combatir los efectos negativos del calentamiento global, se encuentran en la manera en que se relaciona el hombre andino con la naturaleza y en particular con el agua. La laguna no es solamente un poco de agua empozada, la laguna tiene vida, da vida, es fuente de vida, es Dios y es Demonio, tiene poder, es parte de su vida, el hombre es parte de la naturaleza. Esto no lo comprende la tecnología, no lo quiere comprender, no lo desea comprender, pues choca con la cosmovisión andina, con la cultura, las creencias y costumbres, tradiciones. Por qué no hacemos un recojo científico del valor cultural del agua, del significado cultural de las lagunas, los ríos, manantiales, bofedales, de los cerros que van a destrozar, y veremos cuanta cultura se quieren eliminar los mineros. y todo ese valor cultural lo comparamos con la minucia de pago que nos van a dar. ¿Acaso todo el valor cultural que existe alrededor de esta zona andina la van a reconocer con pago del oro que lo quieren llevar enterito fuera del Perú?.
Por qué no hacemos investigación científica seria, antes de iniciar a tumbar el primer cerro, queremos un estudio de sus animales y plantas, además del agua, sus nubes y sus vientos, para estudiar científicamente los riesgos de sus nichos ecológicos los riesgos de perder plantas y animales, de toda especie. Pues si está en riesgo de perder algún espécimen endémico del lugar, simplemente la conclusión es: LA MINA NO VA.
Señores, demostremos que toda actividad minera en cabeceras de cuenca, zonas andinas, donde nacen los ríos, se detienen las nubes, donde son colchones acuíferos y dan origen a manantiales, bofedales y ríos a los largo de las cuencas es infinitamente inviable:
1. Inviable económicamente, cada gota de agua cuesta más que cada gota de oro; porque, la gota de agua se renueva cada ciclo del agua y tenemos millones de millones de ciclos del agua, mientras que el oro es por única vez. Explotar esa zona geográfica implica afectar el ciclo del agua para siempre.
2. Inviable socialmente: pues se afecta la cultura, los valores, la cosmovisión, usos costumbres, derechos consuetudinarios, el Perú a partir de su cultura andina, de su cultura del agua aporta significativamente al cuidado del planeta frente al calentamiento global, la contaminación ambiental y la recuperación del equilibrio ecológico del planeta. No hablemos de los problemas ambientales en la sociedad actual del campo o de la ciudad, que Cajamarca ya tiene buena experiencia al respecto.
3. Inviable ecológicamente: la alteración de los cursos de agua, derribo de cerros, cambio del paisaje andino, pérdida de cubierta vegetal, pérdida de plantas, animales, altera sensiblemente los nichos de vida de animales, plantas, cambia el clima, el curso de aguas, vientos, altera el equilibrio ambiental naturalmente elaborado por millones de años desde el nacimiento de la cordillera andina. Se abre una herida muy sensible en la tierra, tiene efecto mariposa y puede generar conflictos ambientales muy lejos de donde se generó el problema.
Por ello, frente a este panorama adverso para Cajamarca merece volvernos a unir para que el presidente Ollanta comprenda que debe cumplir con su palabra, que lo ayudaremos a demostrar el daño profundo que hace la minería a la naturaleza, a nuestra cultura, a nuestra sociedad, a la madre tierra en general. Que lo que hoy pagan por el oro que se roban es una minucia frente a las desastrosas consecuencias del presente y el futuro.
Si esto no ocurre, considero que debemos salir al frente y decirle que definitivamente se aprovechó de nuestro voto, que nos ha traicionado y que nuestro camino es defender nuestras aguas, nuestros cerros, nuestros andes, nuestras plantas y animales, nuestra cultura andina, nuestra sociedad andina. Que se quede el oro donde está porque sacarlo es imposible sin afectar todo nuestro ecosistema.

• Docente Universidad Nacional de Cajamarca